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Cuando el dato falla, el riesgo aparece: una mirada desde el front de la reportería normativa

Llevo años trabajando en la intersección entre riesgo, tecnología y cumplimiento normativo, particularmente en el mundo financiero. En ese trayecto, he visto lo mismo repetirse una y otra vez: reportes bien estructurados, con modelos sofisticados y flujos automatizados… que terminan en observaciones por un dato mal cargado o una inconsistencia no detectada a tiempo.

La calidad de los datos no es un tema administrativo ni tecnológico. Es un tema de confianza. Cuando un dato está mal, el regulador no pregunta por el Excel, pregunta por el proceso completo.

El “detalle menor” que desencadena una alerta Recuerdo un caso particular en una entidad financiera, donde una codificación incorrecta en el tipo de operación duplicó ciertos saldos. El error pasó varias validaciones internas, pero fue detectado por el regulador. Lo que siguió fue una revisión completa del reporte, un cuestionamiento de las fuentes utilizadas y una presión innecesaria sobre el equipo. Todo por un dato mal definido desde el origen.

Esto no fue un problema de sistemas. Fue un problema de gestión del dato.

La calidad como activo regulatorio Cada campo en un reporte normativo debe tener un origen claro, trazabilidad, validación y control. Eso implica una arquitectura de datos robusta, pero también un marco de gobernanza claro, donde se definan roles, responsables y procesos de control.

¿Quién es el dueño del dato?

¿Qué validaciones se aplican antes de reportar?

¿Se puede explicar cómo se transformó el dato desde el origen hasta el formato final?

Estas preguntas no deberían responderse después de una observación del regulador. Deberían estar resueltas desde el diseño del flujo.

Datos confiables, reportería sostenible Tener calidad de datos no solo evita multas o reprocesos. También entrega eficiencia y capacidad de respuesta. Permite reportar sin estrés, tener evidencia sólida ante fiscalizaciones, y destinar más tiempo al análisis y menos al control de daños.

Los bancos que invierten en calidad de datos normativos ganan algo fundamental: previsibilidad. Saben que lo que se reporta hoy, se puede defender mañana.

¿Por dónde empezar? No se necesita una gran transformación para empezar. Se puede partir por:

Identificar las fuentes oficiales de información y evaluar su calidad.

Implementar controles automáticos en los puntos críticos del flujo.

Unificar criterios de validación entre áreas de negocio, riesgo y tecnología.

Medir la calidad con indicadores concretos: campos faltantes, valores nulos, desviaciones históricas.

Todo esto, por supuesto, requiere liderazgo. Y ese liderazgo no está solo en el área normativa o en TI. Está en quienes comprenden que la información es un activo de riesgo. Porque lo es.

Conclusión La calidad de los datos en la reportería normativa ya no es un tema técnico. Es un factor de cumplimiento, de gestión reputacional y de eficiencia operativa. Desde mi rol en riesgo y tecnología, he aprendido que cuidar el dato es cuidar al banco. Y que muchas veces, los problemas más graves no vienen de los grandes sistemas, sino de los pequeños olvidos.

Si no sabes cómo están tus datos regulatorios hoy, este es el mejor momento para empezar a mirar.

Alex Muller
Alex MullerTechnology Risk Senior Manager